Desde pequeña, sentía la magia en los pequeños objetos que encontraba en los paseos por la playa: palos, piedras, cristales, metales, conchas... Para mí eran tesoros traídos por mágicas ballenas, cargados de historias y de una energía silenciosa que solo quienes escuchan con el corazón pueden percibir.

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Aquellos simples hallazgos me enseñaron que la verdadera magia no está en lo complejo, sino en "desde donde miramos" lo que parece insignificante. Así comenzó mi viaje, aprendiendo a ver más allá de lo evidente y sintiendo que en esos pequeños fragmentos de la naturaleza hay un mundo de sabiduría esperando ser descubierto.

Hoy, ese vínculo con los materiales que el universo océano pone en mi camino es el latido de La cueva del corazón, un espacio donde lo sencillo se transforma en símbolos de amor, unidad y conexión con nuestra esencia más profunda.

Soy Nuria, creadora de dibujos, piezas mágicas y acompañamientos que abrazan el alma. Con mis manos, intento dar forma a la esencia de aquello que va más allá de lo que los ojos pueden ver, pero el corazón siempre sabe sentir.